De mi ser, estar, haber sido y permanecer

La lágrima

¿Cómo puede caer una lágrima desde el ayer si ya no soy ese?
¿Dónde estuvo oculta todo este tiempo?
Y... ¿Por qué cae?..

Nos dimos un abrazo y el abismo se esfumó.
El ayer se hizo presente y a la vez desvaneció
Las horas derretidas en el templo del silencio.
La virgen vestal, la que cuida la llama, no dio razones,
Pero el huracán apagó las horas de todos estos años
Y el tren y la estación se detuvieron en un abismo de cámara lenta.
Ahí estás, tal como te llevé en mi memoria de zombi
Con tu hilaridad centelleante y júbilo en los ojos.
Ahí estás como ayer, y yo, como hoy, en el presente.
No termino de dar vueltas por el aire, no termino de componerme.
Los trozos de mí no amalgaman, no encajan, no puedo ser.
De pronto… tu voz, tu voz de música lejana emana el ingrediente.
El embudo en el que estoy me libera
Y puedo sentir.
Ahora puedo darme cuenta de la lágrima.
Ahora tengo las respuestas.
La lágrima no es de ayer. La lágrima es de hoy...
Y es por mí.

Tu Chispa


Lo primario, lo que perdura, lo que no muere
Arderá eternamente en el alma de los tiempos.
Lo digo yo que conozco de flores y relámpagos,
Que he padecido al mundo y al fulgor de las sirenas.

Sé también que ni el agua más límpida y más clara
De la vertiente más oculta del planeta,
Ni el meteorito que acabe con la maldad del hombre
Esfumarán la cadencia de tu paso
Por esta alma, por esta vida, por este espacio.

Hoy he visto un hombre detrás del caserío
Ardiendo en la llama azul que da el alcohol,
Y ese hombre soy yo por estas noches,
Amoldándome a este vaso, cosiéndome la herida,
Pensando en vos. Pensando en vos que partiste
Sin una carta, sin un presagio, como un ladrillazo en la cabeza.
Y sin más, hubo que llenar el vacío imposible de llenar;
Porque una vida no se reemplaza con un recuerdo,
Como si nada hubiese acontecido, como si sólo hubieras sido una estrella fugaz...

...Aunque eso fuiste, una estrella fugaz, una mariposa
Como las que adornaban la casa de nuestra niñez en el alfalfal del fondo.
Pero la estela, la enorme estela que has dejado relumbra
Y acrecienta la magnitud de la distancia y de los cuestionamientos.
Pero, son sólo preguntas. En el fondo el amor lo clarifica todo.
Por eso me dueles, aunque ya no te duela,
Aunque la anestesia de la  muerte te haya liberado del peso de la vida
Me dueles, a pesar de que sé que tan sólo somos una chispa
En la inmensa hoguera que es la vida. 

Lacónicos


Ay tristeza
Tristecita mía, te quiero de vuelta
Quiero que tu barca
De melancolía retorne a mi puerta.

Hoy no he querido mirarme en el espejo.
He querido evitar darme cuenta
Cuánto nos parecemos.

Ahora soy un rey de bastón, 
sin trono ni corona.
Un río en calma en donde se puede beber
La paciencia y el saber.

El ayer seguirá siendo un salto eterno al vacío
sin el sustrato de las pisadas del hoy
el mañana, un anhelo.

Recuerdo cuando corría por aprender,
Por zambullirme en las aguas del canal.
Ahora la prisa es del mundo.

La vida es un error,
Un carro de bomberos apagando incendios.
La vida no es este cuerpo ni ésta fórmula.

La gente no sabe

La gente no sabe que soy un poeta,
Que soy un labriego de papeles blancos;
Que pinto la vida poniéndole letras,
Que me abro indefenso rosa entre los cardos.

La gente no sabe que soy un guardián
De versos que pugnan por su  libertad;
Que cual indulgente y sutil edecán
Los libro en metáforas colmas de beldad.

La gente no sabe que soy anacoreta
Amigo de la noche, el silencio y la excusa;
Que rendido me tiendo soberano en mi trono
Esperando que llegue la bendita musa.

La gente no sabe que bebo en la copa
De tinta bendita de los viejos dioses;
Que vomito pletórico la palabra escondida
En la masa inerme, en arcanos cofres.

La gente no sabe que yo me transformo
En puro sentir y vuelo a destajo
Cuando llego al éxtasis poético pleno
Y la letra sale como un agasajo.

La gente no sabe que soy cual la tierra
Que anida enjundiosa vida y aseidad;
Que germina en mí la semilla divina
De la palabra liada con humanidad.

La gente no sabe que soy como el agua
De la correntada briosa de los ríos;
Que arremeto en torrente de verso afilado,
Declarando el sentir y el sueño de los míos.

La gente no sabe que yo abro mi alama
Para que la puedan curiosos mirar;
Que soy confesor de mis hondos secretos
En el inefable  arte de rimar.

La gente no lo sabe y jamás lo sabrá
Aunque un día logre victorioso llegar
Quizás, talvez la muerte primera ha de arribar;
¿Acaso así será?

Ven,
Sigamos en vuelo de palabra escondida,
Llenemos las copas, vamos a catar;
Sintamos profundo cómo pasa la vida,
Ahora la hoguera vamos a atizar.

Un año
Dónde andarás hoy amado hermano
Dónde estarás regalando tu risa, esa
Que escondía todo el dolor y la tristeza de tus desengaños.
Me pregunto si la chispa que fuiste en la hoguera de la vida
Sigue aún candente allí del otro lado.
No te imagino carbón ni ceniza, no
Te imagino brasa alimentando fogones de asado y guitarra.
Aquí,
La huella que dejaste seguirá su camino;
Tus ángeles están a resguardo y son los portadores de tu llama.
Hoy va a ser un día muy difícil. Te extraño.

Ellos y yo
Ellos prefieren el feroz bullicio de la mar;
Yo del bosque la verde tranquilidad.
Ellos prefieren la luz de la ciudad;
Yo la luna en la eterna inmensidad.

Ellos prefieren el sol como el lagarto
Yo la sombra de la acacia mate en mano.
Ellos aman los días del verano;
Yo la lluvia allá en abril y mayo.

Ellos prefieren la ciudad, las multitudes,
Ese enorme shopping de cemento;
Yo prefiero caminar tranquilamente
En las calles de tierra de mi pueblo.

Ellos prefieren las noches en hoteles
Y casinos con el sello cinco estrellas
Yo prefiero la simpleza de una carpa
Y dormir bajo millones de ellas.

Ellos hipotecan sus vidas en acciones,
En oro, en dólares, en euros.
Yo me conformo con el pan de cada día
Y ser feliz con lo mucho o poco que tengo.

Ellos persiguen frenéticos el éxito,
El poder, el dinero y la fortuna afamada.
Mi fortuna radica en mis amigos, en la risa de mi niño,
En cálidos besos de mi amada.

Ellos sueñan con volver un día a Europa;
De donde vinieron hambrientos sus abuelos.
Yo tan sólo caminar mi Patagonia
Donde nací, crecí y armé mi huerto.

Ellos prefieren altavoces estridentes,
Zambullirse en éxtasis y música techno;
Yo prefiero la zamba en mi guitarra
Expresando mansamente el sentir nuestro.

Ellos prefieren las fragancias importadas
De Armani, de Dior, de Herrera o kenzo
Yo prefiero el olor de las manzanas
En mi valle de cosecha en pleno enero.

Ellos usan zapatillas All Star;
Yo prefiero la alpargata de otros tiempos.
Ellos disfrutan de solos bailar;
Yo de aferrarme a la tibieza de un cuerpo.

Ellos aman el celular y la PC,
Estar en red, en Twiter y Facebook;
Yo prefiero la magia de la radio
Y regalar la palabra cuerpo a cuerpo.

Ellos adoran las palabras en inglés
Yo adoro el mapudungun de mis ancestros.
Ellos no dicen – sí, dicen – yes
Yo prefiero el idioma del silencio.

Yo enfermera/o
Yo he andado por las noches,
Secando el sudor del afiebrado,
Tomando la mano del muriente,
Ayudándolo a partir en paz y calmo.

Yo anduve entre el fragor de la batalla
Cosiendo las heridas del soldado
Y le gané a la muerte alguna vez
En esos campos de dolor sembrados.

Yo fui rea, prostituta y religiosa
Y abrí mi corazón aletargado
A Jesús, a Barrabás, al condenado
Y me entendí con su interior humano.

Yo cerré los ojos de los muertos
Y le puse alas a los ángeles,
Y mitigué el sufrimiento de una madre
Cuando el dolor como una hoguera arde.

Yo fui los ojos, las manos y los pies,
La boca, la palabra y los oídos,
E hice nacer la sonrisa vital
En mil hombres y mujeres desvalidos.

Yo llevé el mensaje de la paz
Y amé al prójimo sin conocerlo,
Y fui pararrayos del dolor
En un pasillo, en una sala,
En el lecho destendido del enfermo.

Yo anduve nueve leguas en la noche,
Bajo la nieve, el sol, la lluvia y entre el viento
Para llegar a la casa de un doliente
En el bosque, la estepa y el desierto.

Yo soy fantasma de pasillos de hospitales
Con mi uniforme blanco en el silencio
De la noche cuando el mundo duerme
Y la enfermedad inunda el aire como incienso.

Yo soy como el agua del arroyo
En donde las almas lavan sus secretos,
Y también soy tal cual el carcelero
Que libera culposos prisioneros.

Yo el soy guardián de mil secretos
Que serán libres cuando parta rumbo al cielo
Y me reencuentre con aquellos que he cuidado
Y me hagan libre del lastre de ese peso.

Yo una vez fui tan sólo una caricia,
Un brazo extendido, una jeringa, un jabón,
Un oído obediente, una mano al infortunio,
Un agua que lavaba un cuerpo.
Y vencí la ignorancia y el prejuicio
Del doctor ordenando y yo cumpliendo.

Yo como el sol hoy camino mi camino:
El de la luz del conocimiento,
Y soy dueño de mi propio presente
De mis saberes y mi crecimiento.

Yo he ensanchado y he cambiado mi universo
Mas mi esencia no ha mutado con el tiempo
Sigo altruista, empático y solidario
Como un scout siempre listo, siempre dispuesto.


Domingo por la mañana
Mañana, cuando te encuentre
Seremos dos cachorros jugando en la hojarasca que dejó el otoño.
Te miraré, me mirarás y nuestros ojos se habrán entendido
En la confluencia de las almas gemelas.
Correremos bajo el sol de la mañana
Y volveremos a reírnos y jugar.
La miel de tus ojos endulzará mi alma
Y la abeja del amor libará de la flor de la nostalgia.
Nos diremos cuánto nos hemos extrañado
Y hasta quizás ruede una lágrima.
Los álamos de la chacra nos mirarán absortos
Y los zorzales nos cantarán su melodía.
Te abrazaré, me abrazarás y la espiral del tiempo
Se habrá diluido en las catacumbas del recuerdo.
Enredaré mis dedos en los rulos de tu cabello
Y mis manos se entibiarán en tu rostro de niño.
Ahí, ahí te besaré, te apretujaré en mi pecho y te amaré por toda la eternidad.
Así te recuerdo y te extraño, así te lloro cada domingo por la mañana
Cuando el teléfono ya no suena.

Ayer y hoy
Asoma el sol a lo lejos
Es clarear del nuevo día
Es de la noche agonía
Y es de la vida reflejo.

Late aún mi corazón
Como el riel de aquella vía
Que se ha llevado algún día
Mi niñez ya sin regreso.

He despertado otra vez
Y eso en mí causa alegría
Anoche en mi letanía
Rogué no volverme viejo.

Pero hoy medito perplejo
Toda esta contradicción
De  ser, estar o no ser
Cuestión que aún no manejo.

Quisiera volver a verla
Y a desandar el camino
Devolver a la uva el vino
Y al animal su pellejo.

Quisiera tomar su mano
Impoluta y cohibida
Y en dos palabras urdidas
Regalarle mi cortejo.

Quisiera hoy caminar
Detrás de sus pasos de hada
Y amarla en cada pisada
Con mi corazón bermejo.

Quisiera tomar su aroma
De obrera de piel cansada
Esa amalgama dorada
De olores de tiempos viejos.

Pero el presente está lejos
De aquellos días radiantes
Cuando Ella, mi santa madre
Me acunaba en tibio pecho.


El viento
Él pretende asustarme
Zumbando entre los caños jugando a ser fantasma.
Él repite su rutina de las noches
Como un loco que perdió toda razón.
Él está convencido que me asusta
Y que caeré en la tentación de ocultarme en las frazadas.
Él cree que llamaré a mamá en cualquier momento
O que romperé en llanto gritando –tengo miedo-.
Él arremete en la alameda como un matón agresivo e indecente
Y tira de los clavos de las chapas y vuela la ropa del tendal.
Él tironea las hojas del postigo
Araña la ventana y empuja la puerta.
Él arrastra la arena a su merced
Desdibuja los pasos del viajero y deja las calles vacías.
Él clava su daga de aire frío en el mendigo que muere a la intemperie
Y hace temblar las casuchas de madera de los pobres en lo alto.
Él no tiene dudas de que tiemblo
Y que pienso en cementerios y pantanos tenebrosos.
Él me conoce
Y sabe que pienso que hay alguien debajo de mi cama.
Él me conoce y lo conozco desde que nací
Pero como todo viejo va perdiendo la memoria.
Él cree que aún yo soy un niño.

Esperando el milagro
Ven a mí mariposa refulgente
Y elévame en tus alas de hada buena
Elidiendo el lastre que me ahoga
Con tu susurro de vuelo en primavera.

Toma mi cuerpo y mi infinito de neuronas
Y con tu manto sanador de machi etérea
Adecenta mi figura desolada
Y aliviana este tedio que me aterra.

Ando vagando quemado en el silencio
Y no encuentro oídos despoblados
Para cantar mi canción, ser escuchado
Y demoler este sentir acongojado.

No tiene ojos, ni formas definidas
Son cual cuchillos y prensas que apretujan
Y en hondas puñaladas como al reo
Los suspiros resignados se me estrujan.

No soy creyente fiel, Dios me perdone
Pero ansío presuroso este milagro
Para volar en su cometa de colores
Para nacer y desandar este mal paso.
   
Me he levantado una, cien y diez mil veces
y he caminado en el infierno calcinado
Y he retorcido mi ilusión entre las brasas
Pro no existe callo igual a otro callo.

No tomaré tu mano para ahogarte
Ni este magma de volcán he de endilgarte
Sólo espero el milagro de mañana
De levantarme y ser yo. Sin este lastre.

 Anoche te he soñado

Anoche te he soñado
Y me he visto iluminado en el claror de tus ojos
Me atrapaste con la albura de tu risa
Y acariciaste mi centro imperceptible
Como las flores que se abrazan en manojos.
En arcoíris mis sueños te trajeron
Porque te extraña mi corazón aletargado
En la ancha espera del tiempo infinito
En la hecatombe de no estar junto a tu lado.
Me he despertado vacío y silencioso
Como el cielo estrellado del invierno
Frío y obscuro manto enmudecido
Como algazara colmada de cerrojos.
No tengo voz ni tengo las palabras
Para expresarte lo mucho que te ansío
Más no hay consuelo cuando te ha tragado el río
De las ausencias perpetuas y amargas.
Anoche te he soñado
Y no puedo despegar
De mí tu imagen de angélica blancura
Dicen que el tiempo las heridas cura
Si no te mata en medio del intento.
Anoche te he soñado.

Por todo eso y mucho más                                                                                     

                                                                             Al loco lindo de mi hermano Marcelo
Porque tenemos una historia
Hilada en el mismo nido,
Alimentada en la misma leche
Y acunada en los mismos senos.

Porque compartimos heridas y cicatrices
Canciones y melodías
Y calle empedrada hacia la escuela.

Porque tenemos mil horas
De chacra, pelota y bicicleta,
De hombros mojados por la uva,
De agua de canal y acequia.

Porque siempre envidié tu sonrisa
Tu altivez de chico superado
Tu humor que me quitaba espacio
Y tu edad que me ganaba en alto.

Porque una vez fuiste mi modelo
y aprendí de vos el valor de superarse
y porque mil veces hiciste mi comida
con el cariño que le hubiera puesto nuestra madre.

Porque cuando nos separamos te extrañé
En la distancia, el tiempo y el espacio
Y peleamos cada uno en su trinchera
Para ganarnos un lugar en este fango.

Porque a pesar de todo nos parecemos
Y nos cagamos en la opinión ajena
Y nos reímos de las sendas de idioteces
Que crecen en las mentes que cercenan.

Porque nunca te dije que te amaba
Y el dolor me despertó ante el peligro
Y porque no soportaría no tener a donde llamarte


Hoy te digo con el alma:Te amo.

Oigo Pasos

Oigo pasos…
La verja se sacude suavemente
Y el aire se inunda de tu aroma
Ansío ¡ya! el ¨toc toc¨ sobre la puerta
Para tomar tus alas de paloma.

Mi rostro se ilumina como un niño
Y mi alma se sonríe sin engaño
Deseo estrecharte entre mis brazos
Y regalarte mi beso de “te extraño”…

Se hace eterna la espera en el estío
Porque quiero refrescarme de tu abrazo
Y latir juntos ardiendo dos corazones
Y sentirte parte mía hermoso hermano.

Oigo pasos que se acercan  a mi puerta
Caliento el agua, hay un mate preparado
Para unirnos en un lazo de palabras
Y sentimientos comunes a destajo.

Limpio la mesa, y saco la ropa del sillón
Miro el piso y si está limpio el comedor
Hecho perfume y abro las ventanas
Para que entres en mi casa hermoso sol.

Oigo pasos y lustro la guitarra
Se que sos vos y vamos a empuñarla
Para entonar esa canción de Milikota
Esa zamba, ¨Cenizas¨, ahora rota.

Oigo pasos que se acercan y se alejan
Se que es noche y se acerca la mañana
Siento mi almohada mullida en mi cabeza
Siento mi cuerpo entregado en una cama.

Oigo pasos y se que estoy soñando
Y este sueño no me deja asir tu mano
Pero mañana cuando el sol bañe mi pena
Seré feliz
Porque anoche estuve con vos
¡Querido hermano!


No me mientas

A mi hermoso, querido y añorado hermano Dany que hace un mes navega en el país de las almas buenas... y lo extraño

No te fuiste.
Espero en el silencio una llamada
Para saber de vos y de tus penas
Para decirte que pases por casa.

No te fuiste.
Te quedaste en esa foto del retrato
Brillando en el amor que siempre diste
Inmenso como el porte de tu mano.

No te fuiste.
Te quedaste en el abrazo solidario
Entre las risas de tus hijos adorados
En las entrañas del amor de tus hermanos.

No te fuiste.
Te quedaste en el bullicio del asado
En el chiste zonzo e ingenioso
En mi mate de domingo desgarrado.

No te fuiste. No
Y no pienso en alejarte de mi lado
Para abrazarte eternamente aquí en mi pecho
Para que me ayudes a tirar un poco el carro.

No te fuiste. No
No hasta que yo me vaya hasta tu lado
Y pueda iluminarme en tu sonrisa
Y este triste dolor se haya escapado.
No te fuiste. No. No me mientas.


Mi poesía
Se enraíza en el mar de tinta de mi pluma,
a través de mis venas por mi sangre circula,
eriza mis neuronas su energía de musa
y me duele en el alma que es su fuente y cuna.
Le duele al contemplar la injusticia que azuza,
le duele cuando al niño sus derechos le truncan
y le duele el obrero sin una paga justa.

Una clara sentencia que mi vida encolumna,
completamente impía con la justicia injusta,
con zarpas afiladas y de palabra adusta.
Le duele la esperanza del que esperó en la ruta
que pasase impoluta la fortuna suya.
Le duele que ganare la costumbre corrupta
que disputa a la ética su trono de aura pura.

Un punto de agua clara que pretende ser lluvia
para poder ahogar la maldad y la injuria
para poder lavar del que oprime su gubia
y para libertar el dolor que me angustia.

A mi guitarra
Compañera:
Cuando te abrazo
Y acaricio tu alma de madera
Mi esencia se abre a borbotones
Y broto caudaloso en mi manera.
Por fin puedo yo amándote a destajo,
Librándome del lastre del vivir
Y aparentar lo que no soy por deber ser.
Acaricio tus cabellos de clara resonancia
Y navego en galaxias de tañidos y sones.
Mi boca te besa en una canción desesperada
Que quiere ser libre del silencio
y de las sombras que encarcelan mis entrañas.
Entonces, los dos amalgamamos los sonidos
La poesía, la libertad y la esperanza
Acribillamos la censura y la injusticia
Y viajamos por el cosmos musical
Con los poetas, los juglares y la danza.

Para navidad dos días
Te fuiste no sé cuándo,
una tarde, un coche blanco;
mis ojitos de niño
no podían vislumbrarlo.
no quise regalarte el beso,
 talvez estaba enojado,
mas creía en tu regreso
un día de sol lejano.
Y mañana ya no estabas;
y se extrañaba en la casa
tu sonrisa de madraza.
Dicen que subiste al tren
sin saber adonde estabas,
sin saber a qué destino
esos rieles te llevaban.
Y así la vida pasó,
y el calendario estrenaba
una nueva hoja más,
la última de esa camada.
En el día 23
llegó la noticia mala,
tu corazón no aguantó
la operación esperada.
Y así tus nueve polluelos
nos quedamos sin tus alas,
sin tu calor, sin tus besos,
sin el alma de la casa.
Para Navidad dos días,
para vos, la dulce calma.


De mis padres
He podido libar
de sus almas lo humano
la afable caricia,
la indulgencia del sabio.
El pan de la humildad,
el lenguaje mesurado,
la mano solidaria,
las flores a los cardos.
He sorbido en su ejemplo
la dignidad del trabajo,
la belleza de lo simple,
la empatía y lo honrado.
El licor de la vida
de su amor propinado,
el respeto  y la obediencia
y el camino adecuado.
De mis padres fui
cual capullo del árbol,
semilla del fruto
con alas de pájaro.
Alas que ellos mismos
cosieron a mis brazos.


He abierto mis puertas para Ti
¿Puedes acaso ver los prados verdes que he pisado en mi niñez?
¿Puedes verme siendo una mariposa más en el alfalfal?
¿Puedes verme por la calle empedrada camino a la escuela?
¿Puedes ver mi guardapolvo ajado producto del recreo?
¿Puedes verme a orillas del canal con mis acorazados de papel?
¿Puedes verme caminando tras mi madre cual celoso guardaespaldas?
¿Puedes ver mis zapatillas rotas y mi ropa emparchada?
¿Puedes verme reír y enojarme corriendo tras la pelota?
¿Puedes verme llorar a los 10 años cuando se llevaron a mi madre?
¿Puedes verme arrepentido por no haberle dado el último beso?
¿Puedes verme enojado con ella por haberme dejado?
¿Puedes verme necesitándola cuando estoy quebrado?
¿Puedes ver su sonrisa como un gran fresco en mi alma?
¿Puedes verme sufrir por mi primer desengaño?
¿Puedes verme derrotado todas las veces que me he sentido inútil?
¿Puedes verme tratando de romper la coraza de mi padre?
¿Puedes sentir lo que siento por no haberle dicho lo que sentía?
¿Puedes verme arrepentido por cada error cometido?
¿Puedes verme confundido antes de dar el “sí acepto”?
¿Puedes verme borracho en alcohol cuando perdí el rumbo?
¿Puedes verme orgulloso de mí mismo cuando me gradué?
¿Puedes verme embriagado de dicha con Ezequiel en mis brazos?
¿Puedes verme derramar una lágrima cuando lo veo dormir?
¿Puedes verme en soledad rezándole a Dios por Él?
¿Puedes verme queriendo cambiar la vida, pero para adelante?
¿Puedes ver mi fragilidad detrás de mi caparazón?
¿Puedes ver que soy yo mismo cuando abrazo mi guitarra?
¿Puedes verme sufrir cuando alguien sufre?
¿Puedes ver mi timidez, mis prejuicios y mis vergüenzas?
...
Ese, ese soy yo


Cuando yo era flaco (Parte I)
Cuando yo era flaco
Vestía a la moda
De camisa y saco.
Caminaba leguas
Sin que una gotita
De sudor cayera
Y la vecinita,
De las lindas tetas,
Cada dos por tres
Me abría sus piernas.

Cuando yo era flaco
Hasta el gym llegaba
Pedaleando firme
En mi bici plateada.
Sábado y domingo,
Por la tardecita,
Andaba en carrera
Luciendo mí estampa.
Y a la nochecita
Me ponía ¡bien guapo!
Para la bailanta.

Cuando yo era flaco
Ropa me compraba
En la tienda chula
Que había en mi cuadra.
Con gallardo orgullo
Y musculosa clara
Mostraba mis bíceps,
Mi pecho, mi espalda.
Mi abdomen bronceado
De aspecto de tabla.

Cuando yo era flaco
No me hacía falta
Demostrar cerebro
Intelecto y parla.
Tan sólo con verme
La fea, la linda
La rica, las pobre,
La joven, la vieja,
La gorda y la flaca
A mis pies estaban.

Cuando yo era flaco
Verduras cenaba.
Bife y ensalada
Siempre en el almuerzo;
Ni una papa frita
Mi mano tocaba.
Con gaseosa diet
Las noches pasaba,
Con edulcorante
Mi café tomaba.

Cuando yo era flaco
Subía escaleras,
Volaba en el aire,
Hacía piruetas.
Me miraba al espejo
En pose de atleta.
Cuando yo era flaco
- No dejen que mienta -
Cuando yo era flaco
Un boludo era.

Cuando yo era flaco (Parte II)
Cuando yo era flaco
Ni una miga ahorraba
Como me llegaba
Así lo gastaba
En bebidas Light
En noches de danza.
Pero en estos tiempos
De malaria crasa
¡Qué orgulloso estoy!
De mi ahorro en grasa

Cuando yo era flaco
Agua mineral
Tan sólo tomaba
Ni un vaso de vino,
Ni Fernet con coca,
Ni limón con Gancia.
Ni una ginebrita
Turbó mi cabeza
Pero ahora luzco
Altivo y orondo
Panza de cerveza.

Cuando yo era flaco
Solito podía
Atar mis cordones.
Si no usaba cinto
Allá por el suelo
Iban mis pantalones.
Pero ese problema
Ahora es pasado
Lo solucioné
Con vino y asado.

Cuando yo era flaco
Era puro garguero.
Los ojos hundidos,
La nariz un hueso.
Y aunque ahora ya
Ni respirar puedo
Mi papada guarda
Mi garboso cuello
Como fino echarpe
Adiposo y tierno.

Cuando yo era flaco
Mi suave entrepierna
Nunca se paspaba.
Y veía a mi amigo
Cuando el mingitorio
Locuaz me llamaba.
Ahora camino
De piernas abiertas
Con porte canchero
Y barriga enhiesta.

Cuando yo era flaco
Me entraba la ropa
Parecía un top model
Posando en la popa.
Ahora camisas
Conseguir no puedo
Soy un gordo fashion
De jogging inmenso.
Cuando yo era flaco
- No dejen que mienta -.
Cuando yo era flaco
¡Qué boludo que era!


Una mañana por las calles de Guerrico
Al volver a caminar por las calles de Guerrico
Me remonto cuarenta años, cuando chico
Su fragancia de hojas y de rama quemada
Me devuelven los aromas de mi infancia dorada.
¡Tantas veces caminé sobre estas piedras!
En los inviernos de chacra congelada
Yendo a la escuela con mis vecinos, los Garrido
esos hermanos de juego y caminata.
¡Cómo ha cambiado mi escuela 68!
Está más grande, le han cambiado su facha
Y aunque aún sobrevive la vieja campana
Ya no estás mi señorita Iris Allende
Ni Tú, señora Amelia de Manca.
Si habré jugado a la pelota sobre el hielo
De la escarcha que alfombraba nuestra cancha
En esos días de 15 bajo cero
Cuando la vida se encendía a nuestras anchas.
Recuerdo no llevar más otro abrigo
Que los pulóveres de tejido a mano santa
Las de mi madre, tan altiva y tan sufrida

Mujer hermosa, solidaria, pura y sabia.
La misma que velé en aquella casa
De la orilla del canal de verdes aguas
En aquel diciembre del 74
Cuando recién por la vida transitaba.
Amo a mi lindo Guerrico 
porque allí sí fui feliz
Como un duende entre las chacras
Maravillando mi casta alma de niño
Y endulzando el corazón como manzana.
También viene al recuerdo mi gran padre
Ese trabajador de jornadas y jornadas
Si hasta parece que aún lo veo pedaleando
En su bici bajo el sol de esta mañana.
Adoro las calles de Guerrico
Con sus álamos, yuyales y alambradas
Son el camino directo a mi pasado:
A mi feliz y hermosa  infancia.

Darse cuenta

Hoy soy lo que queda de lo que no fui.
Me reconozco en mi pequeña cifra
Y me esparzo por el cosmos infinito.
Hoy puedo ver en el ayer, sólo una percepción
De los tiempos transcurridos que me han hecho
Que me han parido segundo a segundo
Y que han llenado mi testa de canas.
Hoy sigo siendo proyección, no mía
De natura y su capricho de vida
cueste lo que cueste, a sangre y metralla.
Hoy me di cuenta que he crecido,
que he muerto cien mil veces
que no soy el que fui, ni seré
el que mi madre arrulló en su seno.
Ayer sembré semillas y hoy son
Como fui, serán como no soy
Y se esparcirán seminales y frágiles.
Hoy me di cuenta, que como Pablo
Pagué la vileza con palomas.



Ser (Canción)
Quiero ser yo, no lo que me digan,
yo quiero escuchar lo que mi interior canta
y poder ser verdaderamente feliz, sin prejuicios
sin vergüenzas, sin importarme cómo soy.
Yo soy el fruto de mis opciones,
siempre me importó lo otros dicen,
pero hoy quiero cambiar mi alma
y liberar mis ansias apagadas, 
mi verdadero ser.
Hoy es el mañana del ayer, pero es un mañana que no es.
Quisiera que vos me entiendas, yo no soy así. Tengo un antifaz.
Si la muerte es eterna y no es así la vida,
yo le busco a mi alma una salida;
 y quiero ser feliz porque la vida
es sólo una opción más y con medida.
Quisiera que me entiendas estas líneas
y que puedas mirar  lo que otros nunca
y que hagas lo mismo en cada vida,
porque al final somos actores, somos verdad, 
somos mentira.

Ya tu alma no huele a poesía
 Una tormenta de tecnología y vértigo
Nos sumerge en una vida de momento;
Intelectos desorientados, desiertos
No consiguen adaptarse a este destiempo.
Un mañana que está cerca
Nos persigue con su látigo de acero,
No podemos pararnos en el hoy,
No sabemos disfrutar de los silencios.
Una TV neurótica y vacía
Es la reina que rellena nuestro tiempo,
Una PC de pantalla fría
Me incomunica con vos que estás tan lejos.
Estamos en la red nunca tejida,
Estamos poco cerca y mucho lejos,
Y si extraño esos momentos de caricias
Es que mi tiempo no pereció ante tu destiempo.
¿Qué sucede que tu alma no huele a poesía?
¿O sólo soy un iluso en el desierto
Que pretende el agua de un espejo?
En mí, adentro yo siembro poesía,
Pero vos ya no regáis estos canteros;
Será por eso que las flores de mi alma
Ya no perfuman tu interior fútil y huero.


Durmiendo
Que suaves llegan las noches
Cuando los problemas ya no están.
No das de vueltas y vueltas;
La almohada mullida está.
Y cuando llega el dulce sueño, ¡al fin!,
Tejes estrellas. Te vas de aquí…

…ya no hay más ruidos
Tan sólo el tiempo  va 
Peinando el sueño
Que mañana contarás;
Y allá, a lo lejos, un perro que ladra
Es sólo un eco de la realidad…
¡Que suaves llegan los sueños!
Cuando los problemas ya no están.

Afinando libertades

Hay que afinarlos. A estos poemas brutos hay que afinarlos
como al café para que dé su aroma cuando grano,
igual que al potro en la doma, hay que amainarlo
y hay que darle forma como al alabastro
para en trozo de arte verlo transformado.
Hay que trabajarlo igual que a la arcilla
y hay que podarlo, así como al árbol
para que sus frutos nos den regocijo
cuando ya maduros queramos probarlos.
Más, nacieron libres en puro albedrío
¿Por qué censurarlos?
¿Acaso el poeta está a la rima atado?
¿Por qué no dejarlos que florezcan libres
y que sus palabras fluyan sin un trazo?
¿Qué quiere el poeta?
¿Expresar su canto o escribir rimando?
Talvez ambas cosas.
Es un instrumento el que tiene en sus manos
y para que suene  armónico y claro,
se debe afinar…
Para que no pierda su esencia y su encanto.

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