19.7.12

Demente


Un tumultuoso horizonte negro
cegó tu mente con el tormento,
el holocausto se instaló dentro,
y sin otoños llegó el invierno.
Todo el amor se convirtió en celos
vestidos de odio, de sangre y miedo;
incertidumbre, dudas, deseo,
con una mezcla de  carne y besos.
Muy lentamente fuimos muriendo,
flores cortadas en un florero;
quise tu agua y estabas lejos
en un submundo de desconcierto.
Intento entrar, pero no puedo
y voy secándome  en el destierro,
sé que soy cura, que soy remedio,
que soy locura, mas sin quererlo.
Lanzo mis manos, pero no llego
para sacarte de ese agujero    
tan irreal como un mal sueño,
tan intangible como el silencio.
Y nace el sol en algún momento
y la esperanza me pone en vuelo,
pero la noche oscurece el cielo
y tu sonrisa apaga su fuego.
Y así me quedo solo en mi lecho
soñando días de gozo pleno,
desando sólo que un día de estos
se abra tu mundo y vuelvas al nuestro.

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