1.5.12

Almitas de la calle



Les robamos un mundo de juguetes,

les negamos la tibieza del amor,

a sus almas las privamos de ilusiones,
y les dimos una esquina bajo el sol.
Por las noches sus camitas no están tibias,
ni siquiera talvez tengan un colchón,
nada saben de besos de “buenas noches”,
ni de sueños entre nubes de algodón.
La mañana los encuentra por las calles,
no hay maestras esperando en el portón,
mas la escuela no interesa cuando hay hambre
y el futuro no es mañana sino hoy.
Sus piecitos no conocen esa marca
de zapatillas de la vidriera de hoy,
¿sus ropitas?, vale más esa corbata
que está usando el señor gobernador.
Sus manitos día a día golpean el vidrio
del señor que se hace el que no los vio,
o la puerta de la buena vecina
que les da lo que no comerá hoy.
Sus ojitos que no saben de alegrías
ven pasar al  mundo y su arrogancia,
y talvez sueñen con mirar un día
un país más justo y de abundancia.

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