18.2.12

Las manos del albañil


Déjanos descansar en este día,
Disfrutar de una fémina piel.
Deja que los callos se suavicen con caricias,
deja que las grietas se rellenen con su miel.
Deja que la carga cotidiana
se transforme en rizos sin peinar.
Deja que la sequedad del viento
no nos toque en este día con su mal.
Déjanos bañarnos en un pote de crema,
déjanos las manos de mil niños tomar.
Aléjanos del tacto del rugoso ladrillo,
protégenos de la reseca cal.
Deja por un día de construir el mundo,
de levantar la casa que jamás tendrás.
Deja que en tu muerte posemos unidas
cruzadas al pecho, blancas como pan.
Déjanos por siempre solidarias, fuertes,
estar donde alguien nos pudiere apreciar.
Déjanos poder abrazar a tu hermano
sembrar la esperanza y firmar la paz.

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